Residuos tóxicos y peligrosos: normativa y tipos

Las industrias, la minería, las actividades agrarias, los comercios y hasta los hogares generan todos los días una cantidad ingente de desechos. Algunos de ellos además pueden clasificarse como residuos tóxicos y peligrosos, por lo que necesitan un tratamiento especial.

En este post, vamos a ver las clases de residuos peligrosos que hay de acuerdo a la normativa, y cómo esta los clasifica y prevé un determinado procesamiento de acuerdo al tipo de riesgo que entrañan, ya sea para las personas, el medioambiente o ambos.

Asimismo, también explicaremos los servicios que aporta Rafibra, concretamente para la gestión de unos residuos tóxicos y peligrosos específicos como son los petrolíferos, procedentes de los depósitos de combustible.

Normativa sobre residuos peligrosos

La gestión de residuos peligrosos se rige por la última directiva sobre la materia que aprobó el Parlamento Europeo en 2018, que se complementó con otra de ese mismo año centrada específicamente en el vertido.

En lo que respecta a la legislación española, tendríamos la Ley 22/2011; el Decreto 1304/2009 que regula la eliminación de desechos y su deposición en vertederos; y ya por último la Ley 7/2022, de 8 de abril, de residuos y suelos contaminados para una economía circular.

Esta normativa establece un listado de los distintos tipos de residuos tóxicos y peligrosos, que sería similar a la existente para todo el ámbito comunitario. Algo parecido a lo que ocurre en el transporte de mercancías peligrosas ADR por carretera, con la salvedad de que este último acuerdo ni tiene su origen en la UE ni se circunscribe a los países que la conforman, ya que abarca toda Europa, e incluye también algunos países extraeuropeos, como vimos en el post dedicado a la materia.

Sí que compartirían un mismo objetivo primordial: evitar riesgos tanto para la salud de las personas como para el medioambiente, ya provenga el peligro de sustancias residuales o no residuales.

Residuos peligrosos y no peligrosos

La normativa europea diferencia primeramente entre los residuos peligrosos de los que no lo son, en tanto en cuanto no liberan sustancias tóxicas o agentes contaminantes, no resultan corrosivos ni inflamables y tampoco ofrecen riesgos de explosión.

Dentro de los residuos que no suponen una amenaza de por sí entrarían algunos tan comunes como los desechos urbanos convencionales, los residuos industriales inertes, los valorizables (aquellos que pueden reutilizarse) o los procedentes de actividades de construcción y demolición.

Con todo, los residuos no peligrosos también tienen unos requerimientos de recogida, transporte y tratamiento final, dada la necesidad de optimizar el consumo de recursos naturales y la orientación hacia la circularidad de la economía.

Pero los requisitos son mucho más estrictos por motivos obvios para los residuos tipificados como tóxicos y peligrosos, cuya gestión se articula en función de una serie de procedimientos con los que se busca mitigar los riesgos que suponen para la salud pública y el medioambiente.

Tipos de residuos peligrosos

Al margen de distinguirse entre residuos no peligrosos y peligrosos, también hay una clasificación de estos últimos según el tipo de riesgo que suponen. Así, tendríamos:

  • Residuos corrosivos: aquellos provenientes de sustancias ácidas o muy alcalinas, que pueden desgastar y erosionar las superficies con las que contacten, así como reaccionar con otros residuos, lo que es particularmente peligroso cuando estos últimos son tóxicos. Los corrosivos suelen ser generados por industrias químicas, actividades mineras e incluso en ciertos procedimientos industriales de limpieza.
  • Residuos reactivos: en contacto con el agua pueden liberar vapores y gases tóxicos. Además, por su inestabilidad pueden llegar a ser explosivos bajo determinadas condiciones. Estos residuos proceden habitualmente de la industria minera, de la fabricación de explosivos para distintos usos o de ciertos trabajos de metalurgia relacionados con la soldadura y el corte de los metales.
  • Residuos explosivos: como por ejemplo, la pólvora, los peróxidos o los cloratos, que destacan por su gran volatilidad, por lo que son desechos que deben tener un tratamiento muy escrupuloso por profesionales, para evitar los riesgos de explosión que tienen tanto por contacto con una fuente de calor como por la reacción química a los impactos, la fricción o a las temperaturas elevadas. Son residuos generados por industrias que en España están muy arraigadas como la pirotécnica, o por los trabajos de demoliciones controladas que se hacen para el trazado de carreteras o vías de tren; y también, por supuesto, son consustanciales a todo lo que tenga que ver con fabricación de municiones.
  • Residuos inflamables: como los de gasolina y el gasóleo, que tienen un alto riesgo de incendio si están expuestos a fuentes de calor o temperaturas elevadas. Además, son sensibles a los cambios químicos, y pueden arder con facilidad en contacto con otras sustancias oxidantes. De ahí, la importancia del óptimo tratamiento de los residuos petrolíferos, un ámbito en el que estamos especializados en Rafibra, y podemos proporcionar a nuestros clientes una cobertura integral.
  • Residuos tóxicos: pueden ser orgánicos e inorgánicos, estando los segundos presentes desde en los propios combustibles hasta en pinturas, equipos electrónicos o baterías, entre otros muchos elementos cotidianos. Por su efectos potencialmente nocivos para la salud de las personas y el medio ambiente, requieren un tratamiento a medida para neutralizar la amenaza que comportan.

Gestionamos residuos tóxicos y peligrosos de productos petrolíferos

En Rafibra somos expertos en gestión de residuos petrolíferos, y damos respuesta a las necesidades de nuestros clientes con un servicio completo que incluye asesoramiento, dotación de contenedores y etiquetas, traslado de los desechos y realización de los trámites precisos, siempre en perfecta consonancia con los requisitos que establece la normativa.

Tenemos una amplísima experiencia operando con desechos de tipo lodo, mezcla de agua y combustible, que quedan en los depósitos tras las limpiezas de tanques o en las fosas de los túneles de lavado de vehículos. Unos residuos peligrosos que por su toxicidad demandan un tratamiento a medida como el que ofrecemos con nuestro servicio, que se ocupa de la extracción, el transporte, la gestión documental y todo lo necesario para que nuestros clientes no deban de preocuparse por nada.

Contáctenos si quiere que le informemos más en detalle sobre nuestras soluciones en gestión de residuos enfocadas a estaciones de servicio ¡Estaremos encantados de atenderle!

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